Diálogo de sordos

 

La psicóloga escuchaba con atención mientras su paciente describía a sus hermanas.

  —Patricia siempre ha sido así, se da ínfulas de superioridad —dijo Esperanza—. Y Ester es demasiado diplomática. Se queda analizando las cosas y nunca interviene.

  —¿Y Cristina? De ella no me has hablado mucho —anotó la psicóloga.

  —¡Ah, esa es caso aparte! Por todo se pone furiosa.

  —¿Y tú piensas que para poder entenderse tienen que ser perfectas? ¿O cómo se logra la concordia por encima de las diferencias?

  —No sé. Las extraño, pero como no podíamos comunicarnos, hace nueve años que no cruzamos palabra.